Tiempo, tiempo, tiempo...

Tiempo, tiempo, tiempo.....

Quisiera tener más tiempo, quisiera poder clonarme para poder hacer todas las cosas que quiero y "tengo" que hacer en el tiempo que tengo para hacerlo.

No doy abasto entre las labores de madre, de ama de casa, de esposa, de apoderada, de amiga, de cocinera, de pintora, de lectora, de escritora, de pensadora, etc. .... y no es que me moleste hacer todas y cada una de esas cosas, aunque no todas sean en mi beneficio y de mi máximo placer.... mi problema es otro.

Mañana es mi cumpleaños, y por primera vez en mi vida me he dado cuenta, he tomado conciencia más bien, de que es un año más de vida, pero uno menos también de los años de vida que me quedan.... y tengo tanto que hacer, tanto que disfrutar, tanto que contemplar, admirar y agradecer, que siento que no sé si será suficiente el tiempo que tendré por delante, siento que no sé cuánto tiempo de vida me queda y quisiera perpetuar mi tiempo con los seres que quiero de forma eterna.

Y volvemos al dilema de las despedidas, despedir un año más y no saber si en el año que viene tendrás que desperdir a alguien más de esta vida o de tu vida. Y las despedidas son terriblemente agotadoras, angustiantes, tristes.

Dios me entienda, porque yo no me entiendo. Estoy contenta de cumplir un año más, de haber podido vivir un año más y tan lleno de cosas maravillosas (entre esas el nacimiento de mis trillizos), pero estoy terriblemente triste, enojona, casi idiota de no saber qué me pasa, y es que también me da pena cumplir un año más.

Mis hijos van creciendo y yo me voy avejentando. Es verdad que la distancia de edad entre ellos y yo siempre será la misma, pero con el paso del tiempo no se sentirá igual. Ellos serán cada vez más independientes, con metas propias e ideas propias, y entre estas últimas estará la idea cada vez mayor de que los padres son viejos, anticuados y muy diferentes en la forma de pensar respecto de la juventud.... y yo quisiera que mis niños siempre cupiesen entre mis brazos, que no me aleguen porque les doy demasiados besos, que los pueda llevar a todos lados conmigo y que el salir conmigo sea para ellos todo un panorama, que los pueda alegrar con un simple abrazo, un chocolate, una caricia.... yo quisiera que mis niños fuesen siempre niños y sus problemas fuesen de niños, y quisiera yo ser siempre joven y tener la vitalidad y salud para correr con ellos y hacer todas las locuras que se nos ocurra.... pero el tiempo pasa y las cosas cambian.

El hombre es animal de costumbres. No le gustan mucho los cambios, en general les rehuye.
En eso me reconozco. Me gustan las cosas nuevas, la aventura, pero también me gusta saber cuál es el horizonte, el objetivo, tener las cosas claras y planificadas, me gusta la estabilidad.

Supongo que el suspenso, las cosas nuevas e ineperadas son las que hacen que la vida sea entretenida, las que le dan emoción, las que hacen que uno valore más lo que tiene..... y vuelvo a sentir pena de pensar que ahora tendré un año menos de vida.

Y no sé si lo que quiero compartir es mi alegría de cumplir un año más ó mi pena de tener un año menos por delante.... o talvés estoy compartiendo la pena de no tener a mi familia cerca para poder compartir con ellos mis sentimientos (aunque claro, uno nunca sabe tampoco si compartiría estas cosas así de crudas y locas con ellos).

Bueno, espero que mañana sea un día hermoso, porque si además está feo me dará más pena.
Lo bueno es que tengo hartas cosas que hacer mañana y tendré harto con qué distraerme.... y lo mejor de todo, es que tengo unos hijos maravillosos, sanos, alegres, y un marido espectacular, cariñoso, preocupado, servicial, inteligente, sociable, regalón... creo que tengo más razones para estar alegre mañana que para estar triste, así que decido estar alegre mañana... aunque sé que más de alguna lagrimita rodará sin permiso por mis mejillas.

Que el tiempo siga avanzando y mañana sea un nuevo y hermoso día!!