miércoles, julio 19, 2006

De vuelta a mi Tierra!!



La vida da muchas vueltas, muchas. Y heme aquí, después de 3 años y medio en Monterrey, estoy embalando mi casa y subiéndola en un container para volver a mi tierra, a mi país, a Chile.
Nos trasladamos nuevamente siguiendo a mi marido, por motivos de trabajo. A Dios Gracias tiene trabajo, tenemos salud y una hermosa familia esperándonos ansiosos en Chile. Los abuelos son los más felices con nuestra vuelta. Nos llevamos una pequeña nieta chilena de 9 meses y volvemos con 4 nietos más, mexicanos. La mayor ya tiene 4 años, le sigue una de casi 2 años y trillizos de 8 meses. 5 hijos en 3 años 5 meses: muy buena producción!!
Lo escribo y me da risa, risa nerviosa. Jamás pensé en tener una familia tan numerosa. Iba por mi tercer y último embarazo, y llegaron 3 abrazaditos. Hermosos, sanitos.

Y es hora de que volvamos a nuestra tierra, con todos los frutos que cosechamos en México.
Estoy con sentimientos encontrados. Feliz de estar cerca de la familia, pero triste de dejar este hermoso país, esta hermosa ciudad de Monterrey, los amigos que hicimos por acá. Tengo miedo de volver a Santiago, porque sé que me voy a sentir un poco sola. La familia y los amigos han seguido sus vidas sin nosotros, tienen su ritmo de vida, y las amigas que hice en estas tierras pasaron a ser mi familia, aquellas a las que sé que podía llamar a cualquier hora para conversar con ellas, para salir, para pedirles ayuda. Mi familia y amigos tienen la mejor voluntad, pero no tienen tiempo, en una ciudad como Santiago donde todos viven estresados, apurados, sin tiempo.
Será un nuevo reto. Comenzar otra vez a ambientarme, amar mi casa, adecuarme con 5 pequeños, luchar contra el smog, los bocinazos, el tránsito, el estres de una capital.
Dios quiera que mi tierra nos trate bien, que no nos enfermemos, que no nos estresemos. Dios quiera seguir dándonos nuevas oportunidades, nuevas aventuras, nuevas alegrías.
Escribiré nuevamente una vez que esté pisando Chile, mi tierra.

domingo, julio 09, 2006

Lo Bello es generalmente frágil




He tenido semanas de locos, de preocupación, de angustias.

Mi segunda pequeña, de 1 año 10 meses, estuvo 20 días con fiebre sin razón aparente alguna. Le practicaron todo tipo de exámenes, de sangre, de orina, rayos X, ecografías, etc... y todo salió normal. La angustia fue espantosa: ver cómo sufría con los exámenes, darme cuenta que éstos no arrojaban ningún resultado, y observar que su fiebre no cedía. Finalmente, al cabo de los 20 días la fiebre empezó a bajar de a poquito, su pequeño y frágil cuerpecito empezó a luchar solito contra algo que todos desconociamos. Ahora ya está mejor. Pero me di cuenta una vez más de lo tremendamente frágil que son los pequeños.

Quisiéramos protegerlos con toda nuestra alma, pero realmente nuestras intenciones y la misma ciencia no son nada sin la ayuda de Dios.
Las cosas más bellas: el amor, el matrimonio, nuestros hijos, la vida... todo es tremendamente frágil. Y en gran parte dependen de nosotros para seguir siendo bellos, de cuidarlos, protegerlos, ayudarlos a florecer.

Espero que Dios me permita vivir muchos años, para admirar y ayudar a proteger las cosas bellas que ha creado a mi alrededor.